Cada tanto es necesario revolver un poco los libros de la biblioteca y
reorganizar las estanterías para ubicar correctamente las revistas de música por
un lado y la literatura fantástica por otro. Así fue que entre pilas de papel
impreso encontré un especial de John Lennon, un gran recopilado de entrevistas
y fotos de todas sus épocas. Pese a el
gran contenido de las paginas leídas, plagadas de curiosidades e intimidades, lo que más llamo mi atención fue el
sufrimiento que el pobre de John había padecido debido a la crueldad con la que
el medio maltrataba, sin ningún motivo relevante, a su señora esposa Yoko Ono y
cada tanto, sin que el entrevistador se lo preguntase, lanzaba alguna frase de
la realidad que ambos debían atravesar día a día, retratando insultos,
agresiones físicas y desvalorización artística entre otras cosas. Todos sabemos
que a Yoko se le atribuye ni más ni menos que la separación de The Beatles pero
entiendo que aquella famosa afirmación es tan solo un mito de la muchedumbre para
tapar los pecados y el cansancio humano que los “dioses” fab four traían
consigo de ellos mismos y sus egos.
Después de una larga travesía como solista, co – equiper y productor de
proyectos como la Plastic Ono Band signados por la experimentación con drogas, música,
feminismo y la paz mundial, Lennon se choco de frente con la revitalizadora y
controversial experiencia de ser padre luego de una etapa de sucesos trágicos y
tristes a nivel pareja con Yoko (separaciones, perdida de un hijo y adicciones).
Esto produjo un cambio radical en la concepción
de la vida para ambos llevándolos al alejamiento de lo público por más de cinco
años, abocados exclusivamente a ser padres. Fue en este lapso temporal en el
que un viaje a las Bermudas desperto primero la idea y luego el titulo de un
álbum compartido sin interferencias mutuas y una diarrea de bellísimas canciones.
En Double Fantasy conviven sin resquemores dos estilos antagónicos que
se dinamizan en el lúdico empalme de una
canción cada uno, sin alterar ese orden, dos biosferas diferentes que se
devoran mutuamente generando una experiencia refrescante y ligera que lleva a
querer el disco en pleno proceso de viaje, obviamente admirando el retorno del
rey que demuestra su encanto con canciones que se volvieron clásicos como (Just
Like) Staning Over, Im Losing You , Watching the Wells y Woman pero también una
busqueda sonora magnifica de alta calidad en los temas interpretados por Yoko
Ono (Kiss, Kiss, Kiss – Give Me Something – Im Moving On – Yes, Im Your Angel)
que son increíblemente actuales para la época, en una demostración de pura
vanguardia que no le teme al miedo del controversial paño del arte.
Pese a que varios productores, inversionistas, fans y músicos
preferirían desguazar los temas de Ono hasta lapidarlos en el cementerio de los
“Ojala nunca hubieras aparecido”, los artistas decidieron hacerse fuertes en comunión
salvaguardándose de las agresiones y las criticas para valorizar esta obra de
arte compartida por sobre las masas y los billetes de lo comercial.
Double Fantasy es un disco autorreferencial real que cuenta el regreso de la relación, el
cambio de vida como padres, sus decisiones, su intimidad, sus miedos, su
locura, sus celos y dolor, todo al precio de uno.
Desgraciadamente es el último
disco de Lennon antes de partir y a mala gana tendremos que hacernos la idea de
que no está, aun tan presente en cualquiera de sus canciones.
Disco para tener en casa y escuchar con buenos auriculares.
Muy buen comentario. Es un disco precioso, mi favorito de Lennon solista (que nunca me gustó demasiado), por sus bellas canciones y sobre todo por su audio: suena de puta madre.
ResponderEliminarCoincido ampliamente en lo de Yoko, para mí su lapidación obedece más a una cosa machista que a lo artístico. En lo relativo a la separación de los Beatles, Es más fácil caerle con todo a la japonesa que sentarse a leer libros y concluir que la separación era un hecho al menos desde que dejaron de tocar en vivo. Solo era cuestión de tiempo. Luego, el cansancio, el dinero, Allen Klein, toda esa cosa sucia precipitó el “game over”. La tensión que habría generado su presencia en el estudio, sería en todo caso la gota que rebalsó el vaso, el no va más. Pero es obvio que todo se facilita diciendo que la culpa la tuvo Yoko Ono.
SAludos
Señor Mastrangelo!! Muchas gracias por su opinion siempre certera. Abrazo de rock
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