A partir de la muerte de su cantante y
compositor Luca Prodan los integrantes de Sumo quedaron atrapados dentro de un
gran interrogante-¿Y ahora que hacemos?
Pasados unos meses de este dramático pero
previsto episodio dolorosamente la banda decidió que aquel proyecto no podía
continuar sin su pilar italiano y por ende se debía concretar lo que muchos no
querían aceptar, el final de este ciclo tan importante para cada uno de ellos.
Por una cuestión de amistad y afinidad
musical, tiempo después de la ruptura de Sumo en 1987, Diego Arnedo y Ricardo
Mollo comenzaron juntarse a tocar en soledad, con la idea de formar un nuevo
grupo al que llamarían Divididos, para volcar en el toda esa furia creativa que
había quedado congelada por los efectos de una cirrosis hepática letal.
Con el pasar de largas sesiones de estudio
estos muchachos se fueron consolidando y
llamaron a Gustavo Collado para que los acompañe en baterías para así poder
grabar en 1989 lo que seria su primer CD de estudio titulado 40 Dibujos Ahí En El Piso.
Este disco marco definitivamente el final de
Sumo ya que varios fanáticos aun tenían la esperanza de que se volvieran a
juntar pero por lo visto cada integrante, a estas alturas, tenía resuelto su
porvenir.
Aunque se aprecia un estilo muy propio,
personal con letras de otra índole cargadas de prosa Arnedo-Mollo el sonido no
puede evitar parecerse, en algunos pasajes, al de su antigua banda que da la
sensación de rondar alrededor de esa esfera de instrumentos como un fantasma
que los viene a saludar amigablemente. Aun así Divididos comienza a marcar, en
este trabajo, su actitud roquera pero sin perder la experimentación que traían
dando como resultado a uno de sus mejores discos de estudio hasta la fecha, acepto críticas pero me la juego.
Este trabajo se caracteriza por tener una
cierta libertad que yo he apreciado también en Amapola de 66, el último Cd del grupo. Quizás la tranquilidad de
componer sin las presiones que producen las discográficas deja frutos rebeldes
con sabores nuevos y jugosos que solo enriquecen el alma de estos pobres
cuerpos que somos. Quisiera explicar que la banda estuvo mucho tiempo ligada a
contratos y hasta les han sacado un compilado de grandes éxitos sin permiso
como lo fue en el caso de Canciones de
Cuna al Palo, por eso luego de mucho esfuerzo ya editan independientemente
y se toman el tiempo necesario para escribir y componer.
En 40
Dibujos Ahí en el Piso Mollo da sus primeros pasos como vocalista y
guitarrista principal demostrando sus cualidades artísticas desde el comienzo
del disco con una serie de solos que aparecen dentro de su carta de
presentación en Che Que Esperas. Cada
uno de ellos es una especie de vorágine lineal marcada que deja entrever la
idea que tendrá la banda de ahora en más.
Curiosamente, o quizás no tanto por que suele
ocurrir con varias bandas que hoy la rompen y son admirados por todo el mundo,
este material no fue muy tomado en cuenta por la crítica que luego de un par de
performances en vivo quedo sorprendida por la actitud de los músicos que
brillaban con luz propia mas allá de su místico pasado al cual pertenecían inconscientemente.
40
Dibujos Ahí en el Piso es la primera gota de una carrera sólida como un
diluvio de verano que los ha llevado a consagrarse como una de las mejores
bandas argentinas de todos los tiempos gracias a su dedicación, ideas y sobre
todo por su aplanador rock and roll el cual comenzaba a florecer en los prados
musicales haciendo cosas raras para gente normal.
Quise
estar contra todos, quise siempre mas, quise ser un soldado para no pelear.
Quise estar contra todos, quise pedir perdón, quise ser fusilado para no
esperar.
Pero no, no se si le temo a la muerte o a la
soledad…
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