Luego
de haber festejado el cumpleaños número 10 de la banda en un show gratuito
junto a miles de fanáticos, cien mil para ser exacto, Los Pericos deciden
editar una seria de canciones en vivo conmemoratorias a su trayectoria para que
de una vez por todas quede registrado el exquisito sonido que habían adquirido
de tanto rodar por el mundo, sonido que los había llevado a la distinción en,
ni más ni menos que en la cuna del reggae mismo, Jamaica y que les hacia llenar
concierto o festival en el que participasen.
Con la presencia de muchos artistas invitados
de renombre Los Pericos, cierran un ciclo en alza, con un disco al cual
nombraron 1000 mil vivos en alusión a los más de mil shows que habían realizado
a lo largo de su carrera.
Para poner en órbita a los lectores, desde sus
comienzos Los Pericos se encontraron con el trofeo de la fama gracias a sus
pegadizos y movidos tracks que ya en su primer disco “El Ritual de la Banana”
comenzaron a generar una movida totalmente nueva, reggae, para la sociedad argenta.
Gracias a su éxito y buenas actuaciones en vivo, llegaron a conquistar a los jóvenes
que en muchos casos no conocían ni siquiera a Bob Marley y que con la participación
de Los Pericos se abrieron paso a un nuevo mundo.
A destacar de este gran “grandes éxitos” es la
ubicación exacta de la lista temas que desde el principio te sumerge en la
esfera del recital hasta dejarte parado dentro del publico al son de la fiesta,
la emotividad y el baile. También se resalta la adecuada participación de los
artistas invitados entre los que están un joven Guillermo Boneto de los Cafres,
Zeta Bosio de Soda Estéreo, Los Auténticos Decadentes y Fito Páez los cuales parecen pertenecer desde siempre a
las canciones que interpretan.
Más allá de todos estos datos, porque al fin y
al cabo son lo que son, cabe volver a señalar el excelente sonido que se
desplaza en cada pista de audio de este material y la gran actuación que la
banda ha tenido en estos shows que por suerte quedaron guardados y atesorados
en la tecnología de un CD para ser descubierto, siempre que el lente-laser lo
permita, por los aventureros exprimidores musicales que somos.
"Bajo un árbol vi atardecer y fui feliz. A escondidas ti vi llorar, se fue tu vida."
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