Y pensar que uno cuando, valga la redundancia, piensa
en Nirvana cree que la banda ha durado miles de años y que ha editado un sin fin
de discos como otras bandas antológicas del
rock pero desgraciadamente esto no es asi, Kurt Cobain y los suyos, digamos con
Krist Novoselic y Dave Grohl, han tocado juntos solo un par de años y han
editado tres álbumes de estudio, el primero sin Grohl, pero solo eso, tan solo eso, les basto para
dejar su marca como uno de los grupos mas trascendentes de los últimos tiempos.
Volviendo al tema que nos compete, In Utero tenía la
pesada mochila de un pasado reciente provocado por un tsunami de fama, millones
de dólares, reconocimiento y un cambio rotundo en la vida de los tres
integrantes de Nirvana, que fue Nevermind.
Por aquel
entonces la pregunta de las disqueras era- ¿Podrá Nirvana generar más de este
material exquisito para nutrir de dinero nuestras arcas?- Pero en la cabeza de
Kurt surgía otro interrogante aun más complejo y difícil de entender por
aquellos malditos capitalistas - ¿Cómo nos despegamos de Nevermind sin perder
nuestra esencia?- Pese a su gran éxito este gran disco no conformo del todo a
los músicos ya que el mismo no representaba el espíritu que la banda emanaba en
cada sesión de estudio donde tocando en vivo producían una vibra que solo
aquellos afortunados que los vieron podrán describir y eso era lo que Cobain
quería plasmar en un disco, tal como había sucedido, en gran parte, con Bleach.
Para lograr tal
cometido contrato a un ingeniero de sonido especialista en ese tipo de búsqueda,
Steve Albani, que venía de grabar bandas como Pixies captando en ellas su
esencia natural de manera más cruda y sin tantas mezclas pulidas como paso con
el material de Nevermind.
Asi fue que los
tres “pitufos” pusieron como punto de reunión un estudio en Minesota y se propusieron
explotar los parlantes con algunas ideas que Kurt ya tenía alojadas en su dura
madre creadas luego de un largo párate sin tocar con sus compañeros anidadas en
la inspiración e improvisación de la sintonía del grupo.
Un dato de color es el dibujo en tapa de Alex Grey,
quien hoy en día realiza el artwork de
Tool a parte de sus trabajos en solitario, pero que por aquellos años, 1993, no
era más que un artista distinto sin tanta difusión y rodaje.
Para cerrar esta entrada diré que In Utero es la belleza
pintada en distorsiones, en calmas enfermantes con sonidos despilfarrantes, en
gritos desgarradores, en riff de guitarra con tanta fuerza que te movilizan el
alma, en tantas cosas que uno ni siquiera puede expresar pero que nos hace
entender que las cosas siempre suceden por algo y que más de uno extrañara a
este rubio con cara de loco, ya sea por lo que hizo pero más que nada por lo
que pudo hacer y no fue.
I don´t need a host to live // we feed off of each other // We can share our endorphins// Doll steak test meat
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