Stone Temple Pilots - Purple

Y ya que estuvimos hablando de Nirvana, por esa inercia misma de las cosas es necesario hablar, como pasa en las boletas electorales, de una sabana de bandas que vinieron pegadas cual cola de caballo a esta revolución del sonido grunge. Así como Soundgarden,  Pearl Jam o Alice In Chains, Stone Temple Pilots ha abierto una brecha a lo largo de su caminar por los caminos de la música.

Purple, su segundo “hijo” es un disco muy bien laburado, en donde se pueden apreciar influencias y búsquedas hacia otros horizontes musicales mezclados en un hermoso escabeche que no pierde las misturas clásicas del grunge, lleno de arreglos que quizás a la muchachada del palo oscuro no les son muy gratos puesto que prefieren la suciedad sonora ponderante de las distorsiones  y esas cosas, pero que perjudica para nada su verdadera pureza acumulada consagrada en Core su anterior trabajo.

Bajo la atenta mirada de su productor Brendan O´brien se fue gestando la idea y puliendo el sonido de los hermanos DeLeo y Erik Kretz  en algo mas supremo y amplio, decorado por acordes de guitarras abiertos y escalas armónicas que hacen que, por momentos, los temas eleven sus anclas y zarpen inevitablemente hacia otros mares del rock rodeados de frentes de tormentas

 En Purple también encontraremos unas cuantas baladas sazonadas al estilo Scott Weiland  quien demuestra ser un cantante muy habido de estilos y trucos más allá de ser un compositor extraño y melancólico, sumergido, por aquellos años, en el mundo de la heroína y otras sustancias que lo habían marginado un poco del rodaje habitual.

 Sintetizando y para dar final a esta pequeña degustación, diré que tenía muchas ganas de escribir algo sobre este poderoso trabajo que en un principio no lograba penetrar la coraza de mis tendencias pero que con solo un par de escuchas remontaron mi memoria al día en que, por medio de mi amigo Germán, los conocí sin conocer y que gracias a la descripción del dibujo de tapa, muchos años después la Dra. Buompadre, ahora en la lejana Canada, me lo regalo generando ese tan ansiado reencuentro.

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