Tonolec - Plegaria del Árbol Negro


En tiempos donde todo parece avasallar el patrimonio cultural ancestral de los pueblos latinoamericanos, que silenciosamente  van perdiendo parte de su “individualidad” social por culpa de la llamada globalización, Tonolec emerge de las tierras del impenetrable chaqueño para plantar árboles mestizos de folklore arraigado en las entrañas mágicas de los Qom con una electrónica sensible que decora todo de una manera tan natural que parece no existir en eso que estamos escuchando. Digamos que seria, fragmentando todo en una síntesis de pocas palabras para aquellos curiosos que no conocen este trabajo, una especie de folklore con matices de estilo Björk.

Para que este informe aquiete todas las aguas- incógnitas del lector tendría que hablar de dos o tres factores fundamentales para que Tonolec haya sido catalogado  por el público como la gran revelación de estos últimos años. Primero habría que contar que Charo Bogarin, una mujer con un timbre de voz único y una presencia escénica especial, tuvo que vivir durante meses dentro de antiguas comunidades Qom para poder aprender a interpretar canciones en lengua Toba (Lalac Na Qom) descubriendo en ellas una gran variedad de canticos que hasta ese momento y pese a ser oriunda de aquellas tierras le eran totalmente indiferentes.

 Como segundo término hay que aplaudir de pie a Diego Pérez quien pudo implementar todo su conocimiento en samplers, arreglos electrónicos y grabación para fusionar dos estilos, que a  simple vista parecen antagónicos y opuestos, en algo tan bien logrado que genera una inmensidad de satisfacciones emocionales, remontándonos al seno de la madre tierra sin ese mote de antiguo dado el exquisito uso de la tecnología.


Plegaria del árbol negro es un puente entre dos mundos, una alucinación chamanica y espiritual que regocija nuestra música autóctona con una calidad y permeabilidad increíble, más que nada, en jóvenes que parecían lejanos a la movida de la zamba y la chacarera, subiéndolos a la experiencia de sentir el perfume del aire y la tierra mojada, el agua correr por un arroyo de monte con la utilización de otras técnicas para, como nunca antes, traer consigo la identidad cultural de lo que realmente fuimos y somos en ese camino genético donde las células se identifican inconscientemente con sonidos que de tan familiares trasladan a uno a lo más lejano de nuestro ser para encontrarnos otra vez con el pellü karku (alma al otro lado del río). 
    

3 comentarios:

  1. Estimado Montoto, te agradezco por el comentario en Pop is Dead, con una discrepancia constructiva y respetuosa, que es por donde debe pasar el feedback. El disco para mí está lejos de lo que podía dar Cerati, y creo que eso es lo más claro de la reseña. Lamento que los varios mensajes “bomba” que recibí (incluso a mi mail personal) no hayan reparado en el resto de las reseñas ni se hayan molestado en preguntarme si soy fanático o no (¡claro que lo soy, desde los 10 años!), o si conozco bien la obra, pero bueno, ese no es mi problema.

    Celebro tu post sobre Tonolec, gente que está laburando muy bien merecidamente. Como nota de color, te cuento que Charo fue vecina mía durante años, básicamente hasta que empezó a pegarla a lo grande, de manera que debo haber escuchado al menos un centenar de sus clases de canto. Nos solía pedir disculpas por el “ruido” y hasta nos regaló un dvd poco antes de que se mudara. Una genia.
    Saludos! Te agrego a mis links de inmediato.

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    1. Mastrangelo, gracias por tu comentario y como vos pregono la critica por si misma sin ningun tipo de intensionalidad, el tema es que hay personas muy sensibles que no pueden aceptar que otros piensen diferente y ,para colmo, lo hagan publico en un blog. Pero bueno la cosa es asi. Saludos!!

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  2. Tiene varias aristas el tema. Son caras de la misma moneda. Está el que quiere leer "todo maravilloso", tipo Rolling Stone, que es lo que la mayoría busca. No hay crítica, no se bancan la crítica y mama mía si trasladan eso a los otros órdenes de la vida. Así estamos. También es cierto que hay mucho pedante cruel defenestrando lo que venga sin argumentos.

    Hay muy poco afán por desmitificar, por el humor, por eludir lugares comunes, y sobre todo, por quitarle lo solemne al rock. Capusotto hace un gran trabajo en ese sentido; de modo que, o no lo han entendido como se debe, o entienden lo que quieren, o el tipo realmente está a otro nivel (que es lo que creo).
    Saludos

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