Tan enorme es el mundo de la
música que por cuestiones de visibilidad y exposición solo conocemos a un
pequeño puñado de las personas que forman parte de la estructura viva del
funcionamiento de una banda, por ejemplo los plomos (stage), iluminadores, vestuaristas,
sonidistas, el o los arregladores, el o los productores, el o los
colaboradores, etc. son anónimos para nosotros pero de una de gran utilidad
para que los artistas en cuestión puedan lograr su mejor performance y logren llegar
a su pico; este es el caso de uno de los tipos quizás más conocido detrás de
las bambalinas pero que el publico general desconoce por completo y no reconoce
ni siquiera en la calle. ¿De quien hablo? de Daniel Melero.
Desde muy chico, este anti – músico apodado así por él mismo, descubrió
su pasión por el bello arte de los sonidos y entendiéndose no apto para la
ejecución de instrumentos se volcó a las grabadoras inventándose loops con
ruidos propios de su casa más allá de proyectar su escritura particular
enfocada en puntos extraños, comunes y poéticos.
Entramado desde la adolescencia con músicos de la talla de Ulises
Butron, Gustavo Cerati y Richard Coleman, Daniel Melero fue nutriéndose y
nutriendo a sus amigos de herramientas para lograr editar sus primeros discos,
tal es así que Gustavo Cerati le pidió prestada Trátame Suavemente a falta de
poder componer una canción lenta para el primer disco de Soda del cual Melero
fue participe ideológico. Y este tema, que fue quizás el primer hit de los
Stereo, fue el componente vital de su retardado primer álbum, Silencio,
elaborado por el trió, Electrónico – Pop, Los Encargados ya que sirvió como un
disparador y pese a que unos dudaban de su autoría otros descubrían en él un personaje
nuevo por demás obsecuente con sus formas lleno de ganas de introducir las tendencias
tecnológicas del New Wave en el rock nacional con un toque bastante personal
pese a su paralelismo inevitable con Virus.
Silencio es un disco oscuro (Sangre en el Volcán, Planeta Agua, Vida
Vacía) y a la vez con ciertos dejos de ternura y encanto con inclinación hacia
el movimiento (Orbitando, Trátame Suavemente, Caminando limpio bajo la lluvia y
Líneas) que por momentos parece atemporal radicando sonidos que hoy pueden ser
escuchados comúnmente pero que por aquel entonces era el logro de horas y horas
de filtrar y pulir efectos buscando la particularidad de eso único eso que puede
ser escuchado en este material. Una de las cosas que recalco son, por decirlo
de alguna manera, las islas (Lecane, Villegas, Región) que, según este humilde
servidor, son la verdadera cara de Los Encargados ya que cuenta con toda una
ornamenta de misturas y ambientes primordiales que se pueden palpar a la
primera escucha debido su calidad la cual excedió las expectativas de la época
que no supo interpretar la experiencia pero que se ha redimido con el tiempo sabiendo
elogiar a este personaje por demás detallista que tanto ha dado a la música
nacional aunque sea desde las profundidades enigmáticas que tan bien le asientan.
Hay canciones que cuando terminan se llevaban algo de uno son como romances que se llevan algo de uno.
*Tema recomendado: Orbitando
*Tema recomendado: Orbitando
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