Cuando, por razones comprometidas puramente con el azar, nos topamos con
un muy buen primer disco de una joven banda, el adicto a la música tiende
a entusiasmarse con lo que vendrá posando expectativas muy altas sobre próximos
trabajos pero si aparte de todo esto le sumamos cierta madurez en los
integrantes quienes no creen en su éxito espontaneo y con los pies en el suelo
pretenden mejorar lo logrado con mas música, la cosa se pone realmente aun más
jugosa. Como todo barco que marcha sin prisa, a velocidad crucero, estos pibes
demuestran no estar apurados y placenteramente crean en sus canciones un
ambiente tan relajado que se presta a la danza bajo una luz tenue y delicada.
Antes del desmayo, tiene una particularidad que quizás sea la productora
de esa sensación que solo se puede sentir al terminarse, tan solo dura unos
veinte minutos pero como dice la canción- mientras
bailemos, bailaras- así de simple es la cosa que al inmediato de presenciar
el "Stop" en el reproductor necesitas escucharlo de nuevo porque no entendiste
bien que lo que sonó durante todo ese tiempo era algo agradable, contundente,
suave y concreto.
Grabado entre fines del año 2012 y parte del 2013, Antes del desmayo
tiene cualidades que ha puesto a Barco en el foco de la escena como una revelación
cantada desde hace algún tiempo enredado en variables que van desde bases eléctricas
hechas por samplers y sintetizadores exclusivamente para mover los esquemas del
dance floor con piscas de funk – rock,
glam y letras minimalistas fantasiosas apaisadas en una voz dulce y elegante que
encastra justo es las maquetas de este grupo compuesto por Alejandro Alvarez
(hijo de Jorge Alvarez ex –Sueter), Justo Scipioni, Diego Luchinni y Ramiro Cremona.
Teniendo cierto sabor a música de los ochenta no es para nada un
especie de revival si no que todo lo
contrario ya que la banda pretende utilizar el gusto por varios estilos para mezclarlos en uno y para ello están los instrumentos que vibran dentro de todas las sintonías electricas posibles con una impronta bailable y melancólica mixando un gran popurrí en algo que fiel al estilo de su nombre Barco exclama en intenciones de flotar y viajar
en una búsqueda constante de evolución en sonido y estructura musical para
poder seguir creando rolas que en primer grado les diviertan a los musicos y por orden del universo, en consecuencia, al público.
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