La audacia y la emoción hasta
final , el finaaaaal son las caras de la moneda que El mato lanzo al aire
en este 2017, donde las guitarras masacradas por la pua pasaron a ser
acariciadas en arpegios que contienen la misma carga energética de siempre pero
que claramente marca un viraje hacia caminos de letras más personales pero tan
atrapantes como un canto tribal, donde la ficción parece ser la segunda opción
dándole paso a esa faceta que Santiago venia ensayando dentro de la Dinastía
Escorpio donde lo fugaz del enamoramiento siempre se mezclaba ante la imagen lejana
de una familia disfuncional sin encanto de niñez .
En vez de nuevos discos, nuevas
drogas la frase seria nuevos sonidos, nuevas ondas. Este
volantaso no fue digerido del todo por una pequeña parte de sus seguidores, pero
bueno, hacernos mayores equivale un riesgo que nos hace ver las cosas de una
manera más tranquila y menos turbulenta. Abrirnos hacia esta faceta de la
perfección produce murmullos inevitables ante lo inexplorado, hacia esas
expectativas no resueltas. Lo curioso es que La Sintesis O´Konor, al emigrar del viejo sonido, se abre paso tan solo al escucharlo una vez
sintiendo ese magnetismo instantáneo en las primeras canciones para adentrarse en elixires, curiosamente casi sin distorsiones, donde la esencia de la banda esta mas
que presente pero de otra manera y eso es lo que más destaco, ese reinventarse, ese que tiene las grandes bandas que apuestan por la musica y su sonido sin ninguna interferencia.
A fines de Junio, como era de esperarse, junto al Francés caímos en
Niceto para verificar que aquello que habíamos escuchado aleatoriamente en
Spotify era verdad, con la intriga anexa que trae el vivo, con la intriga que
produce el lanzamiento de un disco y su presentación, y la verdad es que todo
volvió a suceder como si fuera ayer. Al Francés lo perdí ni bien empezo el pogo del primer
tema y yo me quede anonadado mirando
la manera portentosa de tocar que tiene Niño Elefante y la locura bipolar de
Pantro, obviamente saltando con la muchachada en mis canciones preferidas.
Al fin, después de casi cinco
años, El mato a un policía motorizado saco su tan ansiado disco con todo lo que
eso implica demostrando que han crecido en composiciones hermosas, diferentes
pero iguales, donde quizás la segunda guitarra esta, para mi gusto, algo relegada,
donde quizás te vuelen la pelucota con este nueva versión de ellos mismos,
donde quizás los sintetizadores tomaron parte de las composiciones y gestan en
penumbras una base espacial a lo Richard Wrigth, donde quizás no haya tanto
descontrol pero si esta el pulso constante impeclabe de Doctora Muerte
metrallando ese hi hat, donde quizás hayan cambiado para mejor y por eso la
próxima vez los veamos inevitablemente en el Estadio de Ferro o más bien en el
Luna Park desplegando estas bellas intenciones.
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