The Beatles - Revolver


Cada vez que escucho a The Beatles, aunque parezca gracioso, más allá de encantarme lo que hacen, los asocio inmediatamente con el LSD o algún tipo de alucinógeno parecido. Esta sensación no me sucede con toda su discografía sino con los discos de su segunda etapa y más bien ciertas canciones que debido a su gran emanación química me transportan al viaje astral que tuvieron estos pibes “Liverpoolenses” a la hora de componer. Hay temas como Im the walrus, All you need is love, Octopus Garden entre muchos otros que me esbozan una mueca de sonrisa en la cara al imaginarme tan solo el ámbito en el cual sucedieron o como se les ocurrió. Revolver es, un poco, el pasaje de un lado al otro y tiene la mezcla justa de todo lo antes dicho sino John Lennon nunca lo hubiese llamado, a secas, el álbum del acido.
Vengan, no sean tímidos, tomen asiento que ya arrancamos.  


 El frenesí de una guitarra rítmica aguda, el bajo burbujeante y la letra tajante del primer tema - Taxman (Recaudador de Impuestos)- caen desplomados ante una orquesta de violines y coros al canto de “Ahhh, look at all the lonely people” (Mira toda esa gente solitaria) de Eleonor Rigby descolocando la percepción y la idea entendiendo un camino zigzagueante, cambiante y disparejo como lo suele ser un viaje de acido sujeto a cada acción mental, a cada sentimiento que se cruce. A partir de ahí nos adentramos en los cajones de la experimentación del estilo con I´m Only Sleeping y Love You To y en consecuencia re inaugurar esta etapa (la primer inauguración fue con Rubber Soul), la segunda, en la que The Beatles expandió el universo musical de todos nosotros, llevándonos a flotar por la brisa con el resultado acabado en una divina canción de armonías vocales en donde los coros parecen el ulular del viento que se vuelve sonido al pasar por las hendijas en la simpleza y la dulzura de Here, There and Everywhere  y después de esta elevación y haciendo cumbre volver a entrar en la dinámica especial de Yellow Submarine rompiendo todo lo que había sido y de ahí a She Said She Said con arreglos increíbles sintiendo, particularmente con este single, la comunión del grupo para con el proyecto de ser sin ser, de ser The Beatles sin serlo realmente priorizando sus curiosidades y convicciones musicales mas allá de la importancia que podría tener esto en el publico y la crítica como lo habían hecho en su primer paso con Rubber Soul pero es en este disco más puntualmente donde queda clara la partida definitiva del puerto seguro de la beatlemania hacia el océano de las posibilidades.


Desde aquí en adelante el disco toma un rumbo más estable donde se puede sentir el rock y el pop fluir libremente, obviamente, con ciertas alteraciones experimentales más que nada en puentes y pasajes interiores interesantes muy acordes a la época Good day sunshine, And your bird can sing, For no one, Doctor Robert y I Want to tell you terminando este banquete con la clásica Got to get you into my life que cierra este lado - circuito de canciones bien arriba con unos arreglos de bronces increíbles y una producción exquisita de Paul.



 El final se desenlaza y atar todos los cabos encontrándonos en Tomorrow Never Knows (Mañana nadie sabe) con cítaras, delfines (¿?), una batería tantrica excelente, la voz de Lennon medio perdida en un limbo, grabaciones invertidas y la guitarra de Harrison siempre extraña en un ambiente acorde para su ejecución  juntando todos los pedazos de Revolver en un gran colage de misturas que hablan por sí solas de lo que vendría mas tarde. 

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