La droga siempre estuvo vinculada al rock and roll en casos de amplias índoles y Andrés Calamaro, más allá de su don interminable de
hacer canciones hermosas, es un referentes de esos excesos como también lo son
otros pero este gran disco hijo de pura cepa de esa vida ajetreada, divertida y
traicionera que por lo visto nuestro querido héroe ha sabido sobrellevar y al
día de hoy encontrarlo recuperado, es una obra de arte autorreferencial sin
filtros y varias enseñanzas de vida apuntaladas sobre este tema tan particular.
Honestidad Brutal gráfica claramente en su repertorio un trabajo grabado
de diferentes formas y maneras, con diferentes consolas, en diferentes
estudios, con distintos músicos, con aportadores de frases y letras pero por
sobre todo muestra a un Andrés Calamaro superlativo, radiante, que no deja de
lado ninguna idea tomando cualquier sonido o melodía para llegar a un fin, el
fiel fin de cantar canciones que por alguna razón se hacen populares con el
tiempo que le pusieron el titulo de, ni más ni menos, el Cantante Popular.
Para empezar debería informar al lector que este post este destinado
solo al CD 1 de este disco doble porque creo que en él existe verdaderamente la
esencia de este trabajo dado que el CD 2, para este humilde escritor y crítico,
esta demás con canciones densas y extensas de las que el mismo autor no rescata
ninguna en su entrevista con Rolling Stone en Mi Vida en 50 Canciones mas allá
de No tan Buenos Aires y algún otro track perdido que sobresale de la media como
Victoria y Soledad, Mi propia Trampa o Voy a dormir.
Bueno, ya alertados retomemos… Como decía antes, mas allá de los hits de
patrimonio cultural argentino -Te quiero igual, La parte de adelante, Cuando te
conoci y Paloma-, existe en este disco
un lado oscuro o temas que muestran la cara más “yonkie” de Andres (Por nada este
trabajo se llama Honestidad Brutal) y ahí salen a la luz, detrás de persianas
bajas en cuartos lubres refrescados por “aires acondicionados fundamentalistas”
y excesos de cualquier tipo, historias y repertorios magníficos plagados de
golpes y heridas- Los Aviones, Prefiero Dormir, Son las Nueve, Las dos cosas,
Veneno y Ansia de Plaza Francia-.
¿Variedad?... Lo que quieras. Reggae, Funk, Tango, Pop, Rock, Baladas, métricas
raras plenas, un collage de culturas, personajes en tácito, armonías e inventos
sonoros que salen a pasear por esta rola, sin querer, un registro de momentos
muy particulares que expresan en canciones como Mas duele, Una Bomba o Maradona
las inmensas alegrías que provocan largas fiestas con amigos y dignos
exponentes de sexo opuesto que también pueden derivar en tristeza, soledad,
angustia y maratones sin parar de escribir canciones (buena pesca) en las manos
de este artesano de la música. Una antesala de lo exitoso que será Alta
Suciedad, un ensayo experimental del Salmon.
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