Como dice un blog al que suelo frecuentar para extraer como
vampiro la sangre de sus discos digo, “Sean bienvenidos nuevamente” a este
sector que nos regala internet y el maldito capitalismo para poder explayarnos
sobre las cosas que más nos gustan, en este caso la música.
Hoy hablaremos de un
disco que causo gran impacto en la sociedad y más que nada en los adolescentes
de los años noventa que parecían correr al ritmo de las explosiones rítmicas y
el frenetismo de estos personajes desencajados que lograron un ensamble
perfecto en lo que para algunos fue el mejor disco de la historia o mejor dicho
el disco que dio inicio al grunge, Nevermind.
Nadie esperaba que los
suburbios más profundos de la ciudad de Seattle crearan a un artista tan sensible, alocado, músico y
poeta de tales cualidades dado que la estadística no era para nada favorable. Por
lo que tengo entendido la infancia de Kurt Cobain no fue para nada sencilla,
había sido criado por su abuela y vivió desde muy chico en las calles, donde
tuvo diferentes tipos de experiencias que lo llevaron a ser quien fue.
Retomando al CD…Luego
de este lanzamiento la banda rápidamente tomo fama internacional y de un día
para el otro comenzó a realizar conciertos multitudinarios alrededor del mundo.
Verdaderamente fue algo casi impensado y hasta algo molesto para Kurt Cobain
dada su reputación de introvertido y su anonimato. No le gustaba dar reportajes
y mucho menos ser molestado por los fans pero viendo el alcance del disco no
tuvo más alternativa que ceder un poco en su personalidad y eso realmente lo
incomodaba.
Si uno escuchase por
primera vez Nevermind de seguro querrá volver a escucharlo para sentir
nuevamente esa energía que liberan los parlantes al momento de reproducirlo,
para sentir esa energía que llena el ambiente de ese no se que tan necesario
para el ser humano que parece querer gritar y no se anima, que parece estar
cada vez mas encerrado en los pasillos del sistemas que nos confisca como
números en una carpeta y que ahoga nuestra esencia primitiva en un mar de
frustraciones inventadas por empresas que solo buscan algún beneficio de todo
eso.
Recuerdo como si
fuera ayer oír en la casa de unos amigos los acordes rasgueados de Smell Like
Teen Spirit y preguntarme - ¿Qué banda es esta? ¡Que bueno esta este tema!-. Era
como una marca registrada constante el sello que le oprimían a sus canciones en
cada corte, en cada intro. Su sonido crudo y la voz ciclotímica del cantante
provocan tensas calmas parecidas a las del ojo de un huracán donde todo el mundo
sabe que pronto vendrá un gran vendaval.
A mi criterio este
disco contiene un arsenal de magnificas expresiones que logran atrapar a
cualquiera que las escuche, por que como digo siempre cuando algo tiene la
frescura sin prejuicios de lo que dirán y la originalidad sin presiones logra
captar hasta el corazón mas desatento por que aquello que se escucha esta en el
idioma de los sentimientos.
No tengo más palabras
para decir ya que el disco habla por si solo como un cuadro de Picazo o Dalí.
Nevermind quedara inmortalizado en los registros sonoros por ser el retrato
vivo de un grupo de jóvenes anárquicos que quisieron jugar en las ligas menores
y ser felices así y antagónicamente, por causas del destino, se encontraron
tocando en un MTV Unplugged o vendiendo millones de ejemplares alrededor del
mundo, a la inversa de sus ideologías naturales, envestidos quizás por acciones
de mercado y políticas del capital, exprimidos al extremo de desaparecer como
una gota de agua que se transforma en vapor o como “algo en el camino” que en
un instante paso.
“Vende los chicos por comida/ El tiempo cambia de humor/ La
primavera esta aquí de nuevo/ Las glándulas reproductoras/ A él es el único que
le gustan las canciones bonitas” – Fragmento de In Bloom
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