Red Hot Chili Peppers - Blood Sugar Sex Magic



  Estando de vacaciones en la playa junto a mis padres, en mi remota infancia, el tío Alejandro,  hermano de mama, escuchaba todo el día diferentes tipos de bandas.Una de las cosas que mas recuerdo de aquel verano, era una frase que se repetía y se repetía sin parar desde los parlantes del equipo del comedor –“Give away, give away, give away now”. Aquel fraseo era pegajoso y en su constancia daban ganas de escucharlo una y otra vez.
 El tiempo fue pasando y siempre tuve presente en el inconciente aquella melodía que pensé nunca mas escuchar ya que sus autores eran desconocidos para mi.

Ya hecho adolescente, uno de mis amigos (Santiago) con el que pasaba largas horas boludeando, recibió un regalo de parte de su padre, que sabiendo de sus gustos musicales decidió enviarle un disco de los Red Hot Chili Peppers titulado “Blood, Sugar, Sex, Magic”.
 Ni bien pusimos el CD, en el cual aparecen sus integrantes dibujados en blanco y negro con largas leguas tribalescas, el primer corte nos llamo positivamente la atención. La banda tenía una especie de “swing” que nos gustaba y canción a canción comenzaron a ganarse nuestro corazón sinfónico. Nada podíamos hacer frente a un batero que aplicaba duros golpes pero bien articulados, un violero que parecía estar en otro planeta a la hora de estar grabando sus solos, un bajista que no para de meter arreglos alucinantes y un cantante que rapea todo lo que le tiraban con el sentimiento de una canción.
 Generalmente por una cuestión de ese apuro adolescente escuchábamos los tracks que mas nos gustaban y no dejábamos que el resto del disco nos iluminara hasta que una tarde jugando con la computadora el CD comenzó a sonar como de costumbre pero esta vez, entretenidos por el juego, dejamos que fluyan libremente por el aire de la pieza aquellas obras musicales tapadas por nosotros mismos.
 Al llegar el track numero nueve, aquella melodía que creía perdida dentro del inmenso universo musical volvió a surgir de unos parlantes como la ultima vez y me remonto varios años atrás de mi vida emocionándome por dentro como aquel chiquitín que fui.
 En base a este descubrimiento entendimos que los 19 temas, sumado el bonus track, eran una reliquia que aquellos californianos habían dejado estampado dentrode los furiosos años noventa.
Viendo la inestabilidad incendiaria del grupo y el rechazo a instalarse durante meses dentro de un estudio de grabacion Warner Bros. autorizo a Flea y compania a desembarcar sus equipos por treinta dias en la misteriosa mansion del famoso mago Houdini para que los artistas se sientan mas comodos y puedan explotar todo su potencial. El unico que no participo de la "experince" fue Chad Smith que aludiendo cierto embrujamiento del lugar decidio no compartir la convivencia y viajo diariamente con su motocicleta al estudio- mansion.
Las canciones parecen haber sido grabadas en vivo, una detrás de la otra casi sin cortes, dando la sensación de ser un recital dentro de un estudio, agregándole así más crédito artístico a estos muchachos que por aquel entonces eran tan solo unos rebeldes adolescentes.
  El sonido, a base de este detalle, se hace más crudo y especial, y marca una frescura particular que transcurre a través de todo el CD, dejando a la luz el alma de los Red Hot Chili Peppers en su estado más puro y original donde solo importaba saciar ese apetito de creatividad hambriento de canciones sin hacer.
 
 A mi criterio este es uno de los mejores discos que he escuchado y doy fe de ello porque no me canso de él y cada vez que lo coloco en el reproductor algún tema me emociona como en aquellas épocas donde todo era sangre, azúcar, sexo y magia.
 

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