Una de las cosas que me dejo como legado mi tío Ezequiel fue
la música, mas puntualmente hablando, la música que a él le gustaba. Por
aquellos años, allá por el 2000 y moneda, nos habían encontrado en el
aburrimiento de las noches heladas de una semana santa revisando los discos que
otro de mis tíos ocultaba dentro de un gran bolso negro para evitar que las
garras de la visita los manipule inadecuadamente.
Sin su autorización y
desobedeciendo las reglas impuestas de antemano seleccionamos los disco que nos
interesaban y los dejábamos arriba de la mesa para luego ser escuchados. Así
fue como descubrí a Sublime.
Mi tío Ezequiel tenía
una gran admiración por el rock-ska-punk que estos estadounidenses digitaban a través
de sus discos en los que se encontraba el material del que hoy hablaremos, el
auto-titulado y para mí el mejor disco que esta banda haya sacado, Sublime.
Pese a que sus dos
discos anteriores, 40 oz to Freedom y Roobin The Hood, habían golpeado con éxito en los oídos de sus
compatriotas, su homónimo Sublime catapulto al estrellato mundial a estos tres
mocosos de California.
Irónicamente y para
la desgracia de este mundo de la música, como tantos otros de sus colegas, el
compositor, vocalista y guitarrista Bradley Nowell falleció de una sobredosis
de heroína meses antes de que el disco salga a las calles, lo que llevo a la
separación de la banda en su momento de mas crecimiento y esplendor. Bradley
nunca pudo disfrutar de su fama y reconocimiento internacional.
Cuando leí esto por
primera vez, verdaderamente me sorprendí, no podía entender por que tuvo que
ocurrirle tal acontecimiento en aquel momento exacto, pero como muchas cosas,
esto entra en la inexplicabilidad que tiene la vida y que por cierto la hace
tan linda, tan especial.
El disco vendió
millones de copias y al tener Nowell los derechos de autor sobre todas las
letras desato un gran conflicto legal entre los familiares del fallecido y los
ex integrantes de la banda Eric Wilson (Bajo) y Gaugh Bud (Baterias) que
reclamaban justamente poder, por lo menos tocar aquellas canciones que habían
compuesto junto a su amigo en los tiempos de Sublime, para vivir de lo que a
ellos le gustaba hacer.
Luego de varios
juicios un juez los autorizo y hoy en día hacen giras con otro cantante (por
supuesto), eso si con otro nombre de banda, haciendo tributo a Bradley Nowell y
sus mágicas creaciones musicales.
Volviendo al tema que
hoy nos compete, el CD contiene dos fabulosos hits como lo son Santería y What
i Got temas que aun se pueden escuchar en alguna que otra radio o por internet.
El resto es todo una obra cumbre llena de espectaculares canciones bien
características de la banda en donde podemos escuchar melodías reggae, con
explosiones de ska y punk rapeadas por Novell lo que genera una combinación increíble.
Para mi es una banda
súper completa que cumple con los requisitos adecuados para haber llegado, quizás,
un poco mas lejos de lo que llego, pero como dije anteriormente la vida es así,
todos tenemos escrito de antemano el momento en el cual el creador nos pedirá
de regreso aquello que en su momento nos fue prestado y lamentablemente no podemos
demorar esa entrega, dejando en el camino todo aquello por lo que hemos
trabajado.
Les recomiendo
escuchar este disco con amigos, en la playa, mirando un atardecer junto al mar
y de seguro no les fallara.
En la tapa del CD se puede ver el inmenso tatuaje que Bradley tiene en su espalda.
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