Según libros relacionados con el
exquisito arte de la pintura, el diseño, la escultura, el dibujo y la
perspectiva los colores tienen una influencia directa en nuestra apreciación
sobre las cosas que vemos. Hay estudios que indican que cada uno de ellos representa
diferentes tipos de sensaciones dependiendo de su ubicación o en conjunto
dentro de un cuadro. Es por eso que al azul se lo caracteriza con lo profundo,
al verde con la vida, al rojo con la sangre y al amarillo con la luz.
Para muchos el amarillo es el único color
capaz de poder representar o asemejarse a la claridad, a la excelencia del sol,
sin que el artista caiga en el espacio cercano dominado por el blanco
decantador. Para Gustavo Cerati ese color definía su amor por Cecilia Amenábar
y encontró en este trabajo un oasis del constante crecimiento de Soda Estéreo
que para esa altura ya llevaba varios años de gira por todo Latinoamérica y
Europa produciendo un gran desgaste entre sus integrantes.
Con la buena noticia de saber que sería papá
decide frenar el carro y mudarse por tiempo indeterminado a Chile, donde
radicaba su mujer de aquel entonces, para descansar y tomarse un tiempo fuera
del mega proyecto de Dynamo que había batido records de ventas en cada país que
piso tierra.
Conocido como un tipo inquieto y sabiendo que
su estadía del otro lado de la cordillera seria de larga duración decidió
llevarse con él lo indispensable para poder grabar algunas canciones que tenia
dando vueltas en la cabeza. Al llegar a la aduana chilena se “desayuno” con la
mala noticia de la restricción de sus equipos en la frontera lo que le molesto
bastante pero también lo hizo descender del estrellato popular para sentirse
más humano.
Con la colaboración de un amigo
lograron destrabar la situación y así, luego de instalarse en el comedor de la
casa que compartía con Cecilia, comenzó lo que sería la grabación de su primer
disco solista, Amor Amarillo, que para los fanáticos de Soda fue como un
baldazo de agua helada en sus corazones pero que para Gustavo era una medida
necesaria para tomar aire y sentirse fresco. Aun así para calmar las aguas
aclaro que no pensaba en una carrera solista sino que este era nada más que un
disco en solitario.
Es un material muy personal, con mucha
influencia de la situación que vivía en ese momento, del amor que sentía por su
pareja, la convivencia y la sorpresa de ser padre. Tiene pasajes de mucho color
como por ejemplo en “Cabeza de Medusa”, “A Merced”, “Lisa” o en “Te llevo para
que me lleves” donde el brillo predomina la escena pentatónica.
Punto a parte para el tema Amor Amarillo. El
trabajo arranca con esta canción tan precisa y sensual que de inmediato te
atrapa en un arpegio de guitarra con un sonido nuevo y diferente a lo que se
gestaba en Soda pero que tiene el sello indiscutible de nuestro, muy extrañado,
artista solitario en cuestión.
También existen pasajes, por
llamarlos de alguna manera, más oscuros pero llenos de lirica inspiradora y una
música bellísima, enriquecida y energizada por una electrónica elegante como en
los casos de “Av. Alcorta”, “Pulsar”, “Rombos” o para mí la gran perla de este
trabajo “Ahora es nunca”.
Aunque no tuvo gran difusión debido
a que las disqueras no veían con buenos ojos este guiño rebelde, ni tampoco
tuvo un estreno con bombos y platillos ya que como dijo Gustavo esto era algo
que necesitaba hacer a nivel personal, Amor Amarillo es el disparador de varios
interrogantes, por cierto siempre positivos, que nos abren esas puertas a la
innovación, a que cambiar en algunas cosas a veces es necesario para sentirse
vivo por que la vida es gas y es tan
dulce traspasarla.
Enlace video youtube: https://www.youtube.com/watch?v=U-QKF-bzSS0
No hay comentarios:
Publicar un comentario