Si te dijera que una banda tiene las características de Nirvana y Black
Sabbath mezcladas con la voz de Eddie Vedder de Pearl Jam ¿Qué pensarías? No,
no estoy ni exagerando ni llenando tu cabeza de mentiras vanas, hablo en serio
y tan en serio lo digo que este grupo tiene un nombre, Silverchair, y su disco
debut, más que condecorado, Frogstomp, es el que reúne todos estos requisitos.
Ni bien uno escucha al bajo
haciendo un riff “mugroso”, los primeros acordes explosivos y la voz rimando
con potencia y dolor en Israel´s Son, tema que inaugura este festival de rock,
se abre la expectativa de que algo bueno va a suceder dentro de los 45 minutos
que dura el material y realmente eso es lo que sucederá.
¿Cuál es la clave?, en
realidad no lo sé. Quizás los estribillos a puro grito, lindantes entre lo
pegajoso y lo crudo, la combinación de quintas en riffs de color negro con
mucho overdrive o la frescura que chicos de tan solo quince años le podían dar
a sus canciones. Si, oíste bien, chicos de quince años.
Por lo visto Daniel Johns
(guitarra y voz), Ben Gillies (batería) y Chris Joannou (bajo) todos oriundos
de la ciudad australiana de Merewether desde temprana edad tenían la meta de
llegar alto con su proyecto de grupo pero nunca imaginaron que todo podía suceder
tan rápido.
Como quien tiene una banda con
ganas de ser escuchada en 1994 participaron y ganaron un concurso nacional
organizado por el canal SBS TV en el programa Nomad y Triple J que dependía de
la estación radial ABC, con un demo de Tomorrow canción que se llevo todos los
elogios del jurado.
Gracias a esto Silverchair fue
contratada por la discográfica Mumur, ligada a Sony Records, y grabo, siendo
parte del premio del concurso, un demo de cuatro temas y un video clip. Pero el
público quería más de esto muchachos así que en 1995 se opto por editar un
disco de larga duración al que llamaron Frogstomp.
Lo curioso de este primer disco es
la prolijidad, el gran sonido y los matices que lograron dentro del grunge-rock
con sus escasos años de vida y la poca experiencia musical. Es más, la voz del
cantante parece la de un adulto y no la de un adolecente que estaba terminando
la secundaria.
En un año Frogstomp alcanzo rápidamente
la cima y llego vender millones de copias en todo el mundo recibiendo premios
por doquier y liderando los rankings tanto de Australia como en Estados Unidos.
En él encontraremos mucha intensidad, fricción musical y muy buenas canciones
como Pure Masacre, Shade, Cicada, la balada Suicidal Dream, Madman y las dos
mencionadas al principio de este desacato intelectual.
Verdaderamente es una muy buena
obra arte que para muchos, me incluyo, estaba escondida en las fronteras de la
distancia y la selección de gustos que nos hacen de antemano las empresas para
su divulgación.
Agradezco a mi amigo Nobody por haberme
presentado este disco una tarde mientras desgarraba mi omoplato izquierdo con
su máquina de agujas dibujando una luna enojada.
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