De muy chicos los IKV comenzaron sus
sesiones de estudio con la idea fija de llegar a ser grandes músicos,
inspirados en gran parte por el fabuloso Luis Alberto quien los guiaba en las
grabaciones y los dejaba jugar en cuanto a la creación de obras llenas de
liricas extrañas y sonidos de guitarras al palo y ambientes hostiles. Así
fueron transitando sus primeros discos Fabrico Cuero, Horno para calentar los
mares y Chaco con el cual logran consagrarse en los oídos de toda América
latina con un sonido especial. Pero aun quedaba un capitulo mas en, para mí, en la parte ascendente de esta pirámide evolutiva de Dante y Emmanuel llamada Versus.
Quizás el nombre lo diga todo, uno contra otro,
dos artistas con grandes talentos uniéndose y separándose en una eterna pelea
imaginaria que comienza con una Expedición al Klama Hama en un sound muy
parecido a lo vivido con Chaco dando la sensación de unión entre ambos trabajos.
Verdaderamente los dos discos tienen mucho en común, excelentes composiciones
en solitario y a duo con ese toque picante Kuryaki, pero con la diferencia, en este caso, de
un aprendizaje y madurez en ambos artistas hacia el producto final que nos hace
pasear por diferentes espacios tanto terrenales, ejemplo en Jugo o Demolición donde
el soul - funk con trompetas y el rock de cuerdas distorsionadas nos hacen de
descanso, propio de una larga escalera, para
dar el salto a través de Trewa
hacia otros espacios “vislumbrantes” de expresión sensible “constelatorios”
dignos de un viaje misterioso al mas allá, al universo inmenso desconocido
recorrido en prosas y músicas lindantes con un hip-hop melódico oscuro y el
funk (Da Cosmo, El fin del precipicio rojo, Das Dos), fuerza en raps cargados
de magnificas letras y una búsqueda celestial (Prometeme Paraiso, Discovery
Buda o Galaxia), no de un estilo, sino tratando de sacar todo eso interno que
los moviliza.
Versus es, como digo siempre, a mi parecer, el
trabajo más serio de estos muchachos, sin descalificar de buenos a los otros
álbumes, por toda la lirica expuesta y la calidad sonora logrando en cada tema
una distinción, un punto alto, ya sea por sus climas cálidos casi siempre
orientados a los sexual y sensual o por sus incansables arreglos de cuanto
instrumento se ocurra, sus baladas espirituales o sus maquiavélicas
apariciones como Xanadú y los solos de
guitarra de Dante (Gran Idolo de Asia y Ruegame) que se expresa de una manera tan solida que uno no entiende
como no se dedica, como alguna vez lo expreso su padre, de lleno a ese
instrumento.
Con la participación de varios artistas, como Gustavo Spinetta en percusiones (hermano de Luis, quien también participo de Artaud) este disco empieza a decantar los caminos que tanto Horvillieur como Spinetta estaban dispuestos a transitar, sus tendencias (la de uno hacia el pop y del otro hacia el hip – hop) y los gustos a la hora de componer los cuales sin conflicto alguno iban produciendo la separación artística transitoria de estos hermanos de la vida que años después se consumaría en un compilado de grandes éxitos.
"Completame el alma con un bosque y librame, la celda morira"
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