Mi viejo, siempre que el destino nos
encuentra en una charla sobre música, dice que para componer un buen tema no
son necesarios doscientos tonos sino que con un par basta para jugar con la
melodía y crear un estribillo admirable dejando que suceda por si solo el vigor
de la canción. Bueno algo de esto ocurre con El mato a un policía motorizado (pedazo
de nombre para una banda, no?) que no se caracteriza por su complejidad en
acordes pero su simpleza y gustos en tormentas tensionadas los ha catapultado
sobre la masa obteniendo renombre más allá del under en el que nadaban hace
rato con buenas vibras.
Como si producir un disco no fuera
poco y engorroso El mato a un policía motorizado por la noble causa de amor al
arte decidió lanzar tres EP (como también podrían llamarse álbumes, no se porque
le ponen esa clasificación si en realidad son lo mismo) envueltos en la relación
fraternal de una trilogía, al estilo Matrix o El Señor de los Anillo, abocada a
lo que para Santiago Motorizado, líder del grupo, es la descripción del
nacimiento (Navidad de Reserva 2005), la vida (Un millón de Euros 2006) y la
muerte (Día de los muertos 2008). Este último es para mí el eslabón fundamental
del triple trabajo ya que cierra, en una elevada conjunción, le mezcla entre la
banda y el producto de sus letras, que por cierto deambulan y juegan en
ficciones, por compararlas con algo, al estilo Ray Bradbury cargadas de un
poderoso misterio en escenas desoladas y poéticas.
Día de los muertos es un disco plagado
de guitarras cabalgantes en “noise”(con pedales Rat y Boss) , con una batería donde
el “redo” des temporaliza el viento de la armonía que producen los demás instrumentos
y donde la temática de las letras se basa en el fin de la humanidad, en el
famoso apocalipsis descripto por la biblia, el cual es representado, en este
caso, por diferentes versiones ya sea por un huracán, una estrella radiante, un
hoyo oscuro o el calor agobiante; el saldo siempre es la muerte de conocidos y
ajenos relatada desde la visión de algunos sobrevivientes temporales que pueden
ver y contar con mínimos detalles, en algunos casos, graciosos y bizarros como
en Mi próximo movimiento donde un tipo cansado del sufrimiento de las personas
sube a la terraza de su casa con un rifle para dispararles, o profundos y
expectantes como en Día de los muertos donde el protagonista pronuncia a
desganos, atónito frente a su deceso – Se acercan las tormentas y yo mirando la
pared, besando la pared-
Para muchos El mato (como se los llama entre
sus seguidores) es un banda repetitiva y poco jugada, pero en verdad, con
herramientas y ecuaciones pentatónicas simples que no piensan cambiar, estos
pibes de La Plata han obtenido materiales que se asientan en la memoria de uno
con una rapidez tal que sin darte cuenta, de un día para el otro, te encontras
cantando uno de sus tantos estribillos pegajosos, envueltos en palabras y
frases de fácil resolución que te hacen pensar e imaginar situaciones variadas
haciendo que el oyente se sienta parte del proyecto, oyentes a los que El mato
les abrió un nuevo panorama en estos desvaríos dentro de la gran variedad de
ramas culturales que los científicos han determinado en llamar rock nacional.(Agradecimiento especial para Franco quien me ha instruido en cuanto a detalles e información para darle vuelo a este humilde post, ¡Gracias chabon!)
Quiero caminar mas alla del hoyo oscuro y quiero sentir temor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario