Luego de una larga trayectoria como solista y en
bandas de la talla de Riff o Los Gatos, en 1987 Pappo, cansado de la falta de
reconocimiento y también de trabajo, decide ir a probar suerte a la ciudad de
Los Ángeles donde vivió algunos años y participo como vocalista y primer
guitarra en Widow Maker con quien salió de gira por varios países del
continente americano.
A principio de los noventa, retorno al país sin
mucha pena ni gloria. La poca difusión sumada a malos contratos lo había dejado
prácticamente en la lona pero sobre todo lo había dejado sin ganas de tocar. Su
falta de estética en cuanto a look y su vestimenta ruda, (sucio y desprolijo),
junto a un estilo de vida simple y barrial no daban con el “target” de músico que
las productoras querían para vender sus discos y, si deseaba continuar en este
negocio, debía pelear desde abajo, como siempre, y eso en verdad lo tenía
bastante agotado.
Por tal motivo, luego del incentivo exhaustivo de
sus amigos que lo querían ver en acción, una nueva reunión de Riff le dio le
frescura y la posibilidad de
introducirse otra vez en el ruedo y con
esa energía que lo caracteriza decidió grabar en paralelo bajo el nombre de
Pappo´s Blues un disco solista llamado Blues Local, donde volcaría toda esa
influencia cultural adquirida en Estados Unidos, uno de los álbumes insignia de
la rock nacional, el cual recorre los estilos que más le agradan y que ,para
mí, mejor le asientan al Carpo, como lo son el blues visceral y el rock clásico.
El disco incluye covers magistrales que
representan la esencia de todo aquel que haya vivido los años 70 arrancando ni más
ni menos que con Pequeña Ala (Little Wing) de Jimmy Hendrix cantada en castellano, seguida por Una casa con diez
pinos de Manal y para terminar Nacido bajo un signo malo (Born under a bad sing)
de Albert King, temas elegidos cuidadosamente para ser ensalzados bajo la garra
distorsiva de los solos guitarreros de un Napolitano sensible que le da instintivamente
su toque personal.
Increíblemente y en contra de las expectativas discográficas
que no quisieron apostar al proyecto, Blues Local vendió alrededor de 300 mil
copias, la cifra más alta en la carrera de Pappo y de la que según él cobro solo la mitad, muchos se lo atribuyeron al
boom mediático del tema Mi vieja que sonaba en una sátira del programa de Tatto
Bores, pero pese a este pequeño, por así llamarlo, desvió comercial el material
contiene una diversidad musical de excelente canciones como el extraño pasaje
de Buscando el tesoro de Borneo con rasgos a Jason Becker jugando con sonidos y
efectos raros innovadores en cuestión sonora, Longchamps Boogie que con tan
solo escuchar los primeros acordes uno comienza a mover el piecito marcando el
pulso, el clásico Blues Local un hit que encierra todos los secretos del disco,
el exquisito instrumental roquero La Almeja y Saco Italiano un blues que
chorrea genética carpiana, entre otros.
Blues Local es una especie de homenaje del mismísimo Pappo hacia la música que más lo sensibiliza y que su ser se inclina a tocar cada vez que una guitarra es enchufada a un gran “ampli”, para llorar y expulsar fuera de si las tristezas de la vida, esas de las que entiende bastante y de las cuales ha sabido cosechar sus frutos, que por supuesto tiene bien merecido, primero por jugársela por lo que le gusta hacer y segundo por nutrir de música los oídos de varias generaciones a los que Pappo no solo les enseño sobre rock, sino también sobre dignidad frente a sus ideales.
Los hombres crearon dioses y tambien la gran ciudad pero siempre tienen algo, algo para rechazar. Por ejemplo mis ideas a quien le puede importar, la verdadera importancia a ninguno se la dan.
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