Hoy, un día casi primaveral de fines de Agosto, con muchas ganas de
expulsar gran parte de la mierda que se va gestando como un caldo de cultivo
inevitable, sazonado por miles de motivos, pequeños o medianos, exacerbados por
el tiempo, necesitaba escuchar un buen disco para dispersar un poco los dolores
que produce el habla mal hablada y por eso me acorde que cuando el país se
estaba yendo al “jocara” por el
inodoro del megacanje pergeñado por Cavallo y Sturzenegger (muchas gracias
muchachos por tanto cariño hacia los bancos extranjeros y por endeudarnos hasta
el cuello en una pobreza nunca antes conocida) Divididos había sacado entre
tanto barro esta perla.
Creo que es uno de los discos más introspectivos, autoreferenciales y
personales que Ricardo y los suyos nos han regalado, allanando el camino para
lo que después de muchos años se llamo Amapola del 66, también siguiendo la línea
que abrió en su momento Narigón del Siglo.
En una realidad que hasta artistas de este tenor no podían esquivar,
sumergidos en un panorama por entonces apocalíptico, sus letras y música quedaron
teñidas de agónica sociedad y una visión de dolor e impotencia que describe a
la perfección un retrato de la Argentina versión año 2000.
Vengo del Placard de Otro habla a las claras de ese cambio que se
gestaba dentro de los corazones tanto de
Mollo como de Arnedo, los cuales conociendo su capacidad creativa obviamente buscarían
nuevos horizontes en la estructura bajo-guitarra-bateria aplicando en el
material el resultado de sus investigaciones sonoras, sin desprenderse de sus posesiones
ni de la calidad pero con algo más personal que decirle a su público, quien era
quizás el más perjudicado por las maniobras políticas – económicas que se
dejaban al azar de la buena fe de los
mercados – Aburridos peligrosos, y a
estos pibes que mundo les dejas.-
Plagado de diversidad Vengo del Placard posee un varieté increíble ensamblando
sus condiciones dentro de orquestas, el pop, el funk, el infaltable folklore y
sobre todo su poderoso rock.
Este disco es un antes y un después en la historia de Divididos ya que
con este álbum se terminaba el contrato que los tenia ligados a la compañía BMG
poniendo fin así a una época de malos tratos hacia los músicos quienes en más
de una ocasión se habían quejado del apriete constante por parte de la empresa
que pretendía cierta cantidad de material cada tantos años y eso también se
puede apreciar en la rebeldía sonora que se puede escuchar. Disco de oro pese a
la mala situación que vivía el país y la poca difusión que le dio la compañía,
pero apoyado por el fogonero tema Pepe Lui con su respectivo video clic y su
confortable melodía sumado a la gran cantidad de recitales que dieron por
cuanta provincia quisieron, hicieron de cartelera perfecta para contar al mundo
roquero argento que algo nuevo había salido al mercado. Fieles a la vieja
escuela, sin muchas entrevistas ni apariciones televisivas, hablan directamente
con sus trabajos y está verdaderamente es una gran obra que dice todo lo que
uno necesita saber.
Agradecimiento especial a Mariano quien me regalo el casette de este disco el cual gaste hasta el canasancio con el walkman, en esos tiempos de kilometricos viajes por la ruta.
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