Luego de un verano a todo gas con la salida de Californication fui
alternando con Blood Sugar Sex Magic y rara vez con One Hot Minute la sequía de
nuevos discos de los Red Hot hasta que en 2002 salió el ansiado By the
way. La expectativa era tan alta que
nada hacía suponer lo que tramaban estos pibes. El prometedor corte
de difusión, homónimo al nuevo disco, suponía quizás algo no tan elevado como lo hecho en su disco
anterior (era esperar demasiado), pero algo similar, por ese rumbo y fue
gracias un amigo de la vida que me lo regalo y pude escucharlo, por esos años
no existía You Tube por lo que todo estaba atado a tener el Cd en forma física
sobre tus manos.
Para ser honesto admitiré que salteé el tema que inaugura el álbum dado
que MTV lo había gastado meses antes de su lanzamiento así que caí de lleno y sin
paracaídas en la novedosa y franca Universally Speaking. No me esperaba ni
imaginaba que ese sonido podría ser producido por una banda que la roqueaba
toda y que pese a tener canciones tranquilas en sus otros productos no se parecían en
nada a lo que mis oídos estaban escuchando.
Poco a poco entendí que este álbum seria el quiebre en la carrera artística
de los Red Hot (Lo reafirme cuando salió Satadium Arcadium), una especie de
rompe hielos que se desprende del continente seguro de los hits para pelearla en altamar con
temas introspectivos, íntimos y sensibles donde muy suave, por no decir casi
nada, se aprecian los bajos de Flea y que las guitarras de Frusciante dejan de lado
las distorsiones para abocarse a los teclados que aparecen como una herramienta
nueva a la hora de crear los climas y el fluir de las composiciones.
Francamente me costó un poco aceptarlo debido a la vara tan alta que
dejo Californication (como todos) pero By the way abrió un nuevo camino que
hasta ese momento estaba oculto; la música puede parir hijos de todas las razas
con diferentes formas y costumbres pero para ella siguen siendo sus hijos y aquí
hay una clara muestra de eso. Los Red Hot no le apuntaron a lo que su público pedía,
ni a lo comercial, ni a repetirse sino a lo que en sus corazones aclamaba, lo
que ellos ya más maduros y cambiados de esos muchachitos que eran en sus discos
anteriores, necesitaban. Si uno juega un poco y escucha los discos de Frusciante
solista encontrara un poco de esta medicina con guitarras claras y efectos
invasivos pero no nocivos, la voz de Kieds ya no rapea ni escupe sino que canta
buscando no romper sus cuerdas vocales, donde Flea deja de ser ese frontman eléctrico para
transformarse en un bajista relajado sin histrionismos, y qué decir de Chad que le pone el pecho a las
balas y cabecea todos los centros que le tiran los otros tres monstruos.
Ya sé que he dicho cosas algo negativas pero admito que con el tiempo fui queriendo este disco y hoy entiendo la decisión del grupo; estos temas contienen piscas de lo que fueron y una gran cantidad de lo que hoy son pero sobre todo demuestran la calidad artística y la capacidad de estos pibes de
hacerse un lado para poder crear esta obra que definitivamente a costas de
dolor entierra una vida y una manera de ver las cosas para hacer canciones. La
contratapa lo dice todo, aquellos yonkis fiesteros californianos quedaron sepultados para siempre entre matorrales en algún lugar desconocido para renacer como músicos
limpios, experimentados, consagrados y ejemplares. Igualmente, pese a
reafirmarlos y bancarlos, los extrañare pero aun así By The Way pasa la prueba que en mi caso llevo
algunos varios años poder aprobar.
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